viernes, 14 de marzo de 2014

Laying down on the floor.

Mis delirios comienzan por no tomarme en serio - miento - me tomo muy en serio.

Me revuelvo en el suelo solo de pensar lo desordenada que está la casa Hay ropa tirada al lado de la cama, tic. Está mi bolso encima de la mesa, tic. Los cables sin ordenar, tic.  El contrato sin revisar, tic.

Suenan esos tics en mi cabeza, bajan por los oídos hasta mi columna, hasta una lumbar. Y ahí llevan un rato con su incesante tic,tic, tic...

Por eso me he roto. Dos donuts y una bolsa de papas. Lo curioso de llevar una dieta baja en grasas es cómo tu cuerpo acepta éstas. Mal. Me duele la tripa. Y la espalda, por los tics. Y el alma. Pero esto último se cura con tu falta de ausencia.

Sigo revolviéndome en el suelo, pensando en esto que debería hacer y sintiéndome muy culpable del dolor de tripa. Me quito el sujetador. Compruebo que mis tetas siguen suaves y turgentes. Y no miento, me relaja; porque me ha hecho olvidar estas tonterías que resolveré en 5 minutos. De repente todos los tics se callan y tu ausencia duele menos. Conocerte fue (estúpida comparación) como tocarme las tetas. Los tics se callaron. Eran tics mas grandes, dolían mas. Pero los callaste con tus abrazos, con los besos eternos, con las manos que se colaban por debajo de mi falda, con esas conversaciones en la cama.


Se ha hecho de noche y sigo tumbada en el suelo. Hasta noto el frio. Quizá sea el momento de recoger. O quizá me duche y limpie mi conciencia por fuera.

Ay! Otro tic. Joder.

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