miércoles, 14 de julio de 2010

Capítulo 7

 Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


Julio Cortázar. Rayuela.



Un pedacito del arte de Cortázar, y quizá el capítulo mas bonito del libro.

lunes, 12 de julio de 2010

Los domingos




Los domingos ocurren las casualidades mas dolorosas....

...hay trenes que parten.
...hay puertas que se cierran.
...hay amores que se rompen.
... hay alas que no vuelan.
...hay miradas que se marchitan.

Los domingos son días para huir...

de las promesas.
de las injusticias.
de las certezas.
de nosotros mismos.


Y por suerte, los domingos, se acaban el lunes.


Y los trenes, y las puertas, y los amores, y las alas, y las miradas, y las promesas, y las injusticias, y las certezas vuelven a ser lo que eran. Incluso nosotros mismos.

viernes, 9 de julio de 2010

Casualidad nº 4

Ese sentimiento....

que te produce nauseas, que te da ganas de matar(te), ese sentimiento....

es mas fuerte que tú. No lo intentes controlar, porque cuanto mas luches, mas perdido estás...

No es ira, no es impotencia, es rabia... que te sube por la yugular y se instala en lo mas profundo de tu cerebro... toma una arteria y se expande a través de cada vena, de cada músculo, de cada célula, de cada resquicio de vida que divaga por tu cuerpo.

Y duele, duele la rabia, duele no controlarla, y saber que tampoco puedo.

Duelen los dedos... de apretarlos con fuerza; duelen los ojos... de abrirlos sin ganas; duelen el alma...porque no logra escapar de la cárcel de sufrimiento. Duele.


Duele la maldita casualidad de que tu cruzaras la calle  mientras te despedías de mi con un beso al aire en el momento en  que esa mujer decidía tomar una decisión influida por los barbitúricos: Acelerar y saltarse el semáforo.

miércoles, 7 de julio de 2010

Casualidad nº 3

O como los labios destruyen certezas

         Quizá fuera la sonrisa picarona, quizá el vestido negro que dejaba ver un poco mas de lo considerado decente, quizá fuera el olor a perfume de vainilla mezclado con unas cuantas copas de Martini, quizá fuera el carmín de mis labios...

         O quizá no fuera nada de esto... el caso es que la casualidad hizo que el chico me mirara mientras me agachaba a recoger el bolso (se había caido por una aireada discusión sobre la poesia de J.Sabina y qué canción es su obra maestra).

         Cuando se cruzaron las miradas se estremeció algo en mi interior, ¿quién se creía ese tipo para mirarme con tanto descaro?

        Al llegar a su mesa, me acerqué mucho, para que oliera el aroma de la derrota de esa batalla entre mis prinicpios y mis pulsiones.

       Rocé su mejilla con la nariz y al oido le susurré:  Dame una noche, yo te daré una inspiración. 

lunes, 5 de julio de 2010

Casualidad nº2

O como dí por acabada mi carrera artística.

El hecho de que un profesor me pidiera los datos para una propuesta de trabajo dentro de su departamento, por el hecho de pensar que mis dibujos no eran míos sino copiados de Internet  y darse cuenta de mis facultades artísticas, y que por razones diversas (yo pienso que son casualidades) este señor muera, me hizo darme cuenta de que no encontraría una oportunidad mejor nunca...

Y decidí acabar con las ilusiones de ser artista y me centré en lo que había ido a hacer en la universidad...


...dibujitos en las mesas

Casualidad nº1

Esa noche había una cena para dos, en un restaurante italiano (solo podría calificarse de italiano por el hecho de que servían pizzas). Era esa época del año en la que cuesta despertarse porque el calor invita al sueño, en la que suenan mas estornudos de lo normal ya que las gramíneas hacen su venganza particular contra este mundo que menosprecia a las plantas. Era esa época dulce, un poco anodina, en la que dos personas fueron a cenar al ya nombrado restaurante.


Lo singular de esta casualidad  es que desencadenó en una mayor que cambió el destino de los comensales.


Nada mas entrar al restaurante se produjo la tremenda casualidad para el comensal número 1. La chica que le había hecho pasar la peor (y la única) tormenta emocional de su vida se tropezó con él en la entrada. Con un saludo mas bien seco, cada uno se dirigió a su mesa, la nombrada chica con su familia, y en comensal número 1 a su mesa reservada.


Allí estaba ella, y él no se lo creia, habían sido amigos mucho tiempo, ella conocía la historia  atormentada de su pasado, le había ayudado a desprenderse de esos sentimientos, y ahora era la que ocupaba una mesa reservada para dos.


En este punto cabe decir, que no es sencillo el paso de amigos a algo más, sobretodo cuando es la primera "cita",  el ambiente es tenso pero no, hay risas sinceras pero nerviosas.... es como si fuera todo muy fácil, pero no.


La casualidad de la comensal número 2 pasó a su lado mas o menos en los postres. Él, había sido un rollo de una noche demasiado reciente y con demasiada confianza, así que se saludaron y ella se dió cuenta de que quería terminar con todas esas historias de una noche que al final lo único que hacían eran herirla y sentirse mas insegura, mas triste y mas frágil... Sin embargo, el chico que tenía enfrente intentando cazar trozos uvas de un plato, no le hacía sentir así. 


Y algo muy parecido debió pensar el comensal número 1, porque cuando salieron del restaurante se dejaron allí dentro su historias pasadas y dolorosas, y emprendieron su camino.


En algún momento del camino a uno de los dos se le ocurrió decir...¿ no crees que ha sido una casualidad encontrarnos con nuestro pasado? yo me he dado cuenta de lo que no quiero, ¿y tu?- y el otro respondió- Yo me dado cuenta de lo que si quiero....


Y un beso creó una convergencia de caminos....